“Book Descriptions: Una profesora de instituto espera en su casa a que el repartidor del supermercado le traiga la compra. El repartidor se retrasa y ella se marcha. Horas después encuentra que le han dejado la compra a unos vecinos y se han estropeado los productos congelados. Llama al supermercado para quejarse. Al día siguiente es sábado, la profesora aún no se ha quitado la camiseta de dormir cuando llaman al timbre; es el repartidor del supermercado, un hombre de Ecuador. El hombre le dice que por causa de su llamada telefónica le han despedido. La profesora lamenta el incidente, pero el hombre insiste: ella es responsable de su despido, debe encontrarle otro empleo, de lo contrario él estará siempre ahí, a la puerta de su casa o de los lugares que ella frecuenta, esperando. La profesora amenaza con llamar a la policía, el hombre dice que en ese caso su esposa y sus hijos irán a verla, le enviarán cartas, no podrá librarse tan fácilmente de su responsabilidad. A partir de ese momento, la vida de la profesora se ve afectada, y con ella, la vida de su marido, la de su hija mayor, quien milita en una organización política, y finalmente también la vida de su hijo de trece años.
El público, escribió Bertolt Brecht, es una asamblea de individuos capaces de transformar el mundo, que reciben un informe sobre el mundo. Esta novela se pregunta qué hacer con los informes que nos llegan de las habitaciones y de los lugares de trabajo. En el cuento tradicional, el padre de Blancanieves no está de viaje o en la guerra; está en el castillo, asiste a las maquinaciones de la madrastra pero guarda silencio. ¿Por qué no advertimos que estaba ahí? ¿Existe la clase media o es una ficción hermosa y triste? ¿Puede el padre de Blancanieves llevar su ánimo a la altura de su espíritu, sus sentimientos a la altura de su sagacidad?
Con El padre de Blancanieves, su sexta novela, Belén Gopegui prosigue su certera indagación en las fronteras que unen y separan las habitaciones privadas y los espacios públicos; un proyecto narrativo sin parangón en nuestras letras.” DRIVE